Centro Astrólogico de Chile
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Viernes, 21 de diciembre de 2018

Capricornio – La Cabra de Amaltea

Publicado por Paulina Peñafiel
Capricornio – La Cabra de Amaltea

Hoy a las 19:23 hrs. (Santiago, Chile – 22:23 GMT) el Sol entra en Capricornio
marcando el Solsticio de Verano en el hemisferio Sur

La iconografía de Capricornio se relaciona con la cabra montés que trepa hasta la roca más alta y cuyo culto data del 3.000 A.C. en la región de Mesopotamia.

El Signo encuentra variantes en las imágenes del macho cabrío y en la cabra con cola de pez que personificaban al dios Ea en Babilonia, también conocido como Enki.
En el Antiguo Egipto se le asoció con Anubis, el dios de los muertos con figura de chacal.
Los romanos llegaron a vincularlo con el dios bifronte Jano, que miraba hacia atrás y hacia adelante, y de cuyo nombre deriva el mes de enero (January), cuando el Sol cruza Capricornio.

Para los griegos, la cabra montés había tenido una participación decisiva en la sobrevivencia de Zeus, máxima deidad del Olimpo, ante el afán destructivo de su padre Cronos, el dios del Tiempo. Este último había sido advertido por un oráculo que sería derrocado y depuesto por uno de sus hijos. Prevenido, decidió arrasar con toda progenie y conforme su esposa Rea daba a luz, él arrebataba las criaturas de sus brazos y las tragaba antes de que abrieran los ojos.
Hasta que el desagrado de Rea fue tal que antes de que naciera el sexto hijo huyó secretamente a Arcadia y dio a luz a Zeus en una cueva del monte Dicte.  Allí, una cabra de la ninfa Amaltea amamantó al niño en la clandestinidad y lo resguardó de la devoradora ira de Cronos, quien engulló, engañado, una piedra envuelta en pañales. Salvado de la muerte y con el apoyo de Metis, divinidad de la sabiduría, Zeus preparó una pócima que, disfrazado de copero, dio a beber más tarde a su padre.


Cronos enfermó gravemente hasta que vomitó la piedra junto a los demás hijos que había devorado:  Neptuno, Démeter, Hera, Hades y Hestia.  Estos se aliaron con Zeus y juntos se rebelaron contra el viejo rey e instauraron una nueva era.

Zeus se convirtió en el Señor del Universo y en soberano de dioses y hombres. Agradecido de Amaltea por su bondad, emplazó la imagen de la cabra con cola de pez en la constelación de Capricornio.

La pauta de vida de los Capricornio

La sobrevivencia de Zeus frente al afán destructivo de Cronos describe la biografía de supervivientes de muchos capricornianos, que -al igual que el futuro Señor del Olimpo- son salvados por una cabra que habita en la clandestinidad de una cueva, símbolo de los recursos innatos del psiquismo más profundo.

La primera parte de sus vidas, suele estar marcada por la limitación que adopta la forma de una educación restrictiva, un duro trabajo bajo la tutela del padre, un matrimonio forzoso o cualquier otro tipo de obligación.

El simbolismo del niño (el Zeus recién nacido) y el anciano (el Cronos que será depuesto) se polarizan en el tiempo y el individuo ha de aprender a dialogar con su afán autocastrador, producto del miedo, que expresa la imagen del dios engullendo a su progenie.

Como su padre no habita en el cielo sino en la Tierra (Cronos pertenecía a la raza de los Titanes), el progenitor de Capricornio no parece tener extendidos los brazos para acogerle.  En lugar de ello suele ofrecer una pauta restrictiva y condicionadora, que los representantes del Signo interiorizan como una mezcla de culpa, disciplina y pecado que los lleva a actuar sujetos a una obligación o encadenados a una meta concreta.

La vida se toma con seriedad y el individuo experimenta la necesidad de ser bueno en algo (en lo posible, algo que pueda hacer mejor que los demás), desarrollando a la par un sentido de la moralidad y la ley.

El mito enseña que la confrontación inicial con el padre es, en verdad, una iniciación en el nivel más profundo del capricorniano, ya que la cabra de Amaltea y Cronos son dos caras de una misma fuerza, como el bifronte dios Jano de los romanos. El mismo principio que le da su mayor sufrimiento le da la fortaleza, determinación y prudencia necesarias para batallar con lo que le encadena y vivenciar la autosuficiencia.

El riesgo se produce cuando se construye una identificación con los lados más rígidos del Signo y el individuo parece quedar atascado en las alturas escarpadas, a la manera de la cabra montañesa que parece inalcanzable para los demás animales al refugiarse en su solitaria pero segura roca.

Agenda Astrológica 2004 de Paulina Peñafiel y Javier Ibacache

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